La sociedad, a través de sus representantes en el tiempo, ha intentado dar un orden aparente en todo ámbito de materias, ha querido estructurar, organizar y darle un sentido de acuerdo a sus ideales o intereses; el problema claro está, que dicha interpretación ha estado inmersa en los propios paradigmas y creencias profundamente arraigadas, que han forzado a creer que lo que su mente procesa es equivalente a la realidad y actúa en consecuencia dejando tras de sí un mundo inconexo y fragmentado. Hoy, solo si miramos en este minuto a nuestro alrededor o simplemente pensamos en él, nos daremos cuenta que todo tiene un orden natural. Nosotros desde que nacemos, ya sea por nuestros padres, profesores o la misma sociedad, nos implantan un orden aparente, lo cual está bien, pero tiene a su vez inconvenientes, porque hay veces que recurrimos a un estereotipo para realizar un determinado orden, que no es a veces el correcto y por lo tanto se nos limita la capacidad de pensamiento adecuado a los tiempos y necesidades. Cada persona y sociedad elige su propio orden, muchos de ellos además lo perciben en términos de creencias, es decir, relacionándose con el conocimiento propio y asimilado en su entorno, que no necesariamente es una realidad objetiva. El orden también puede ser destruido, cuando quienes se suponen que deben velar por nuestro bienestar, actúan en base a sus propios intereses, rompiendo así con todo vínculo de decencia, orden social, llevándonos a un caos irreversible. Hoy Chile, enfrenta uno de sus más grandes desafíos, la creación de un nuevo paradigma social, donde el habitante busca formar parte activa de un mundo más justo, más integrativo, sistémico, donde cada parte se relaciona con otra, o sea, un conjunto de partes organizadas que se interrelacionen y formen un todo, un sistema que esté dentro de otro y éste a su vez de otro y así sucesivamente, todo un nuevo orden.
©Radio45sur - Todos los derechos reservados