Comenzó oficialmente el período de campaña con miras al 4 de Septiembre, donde distintas organizaciones y partidos se han desplegado para promover las opciones que estarán en la papeleta. Se supone que en el sufragio, los chilenos deberán decidir si aprueban o rechazan la propuesta redactada por la Convención Constitucional, y podrán participar más de 15 millones de ciudadanos inscritos en el padrón electoral.
Honestamente, no sorprende el grosero intervencionismo del Gobierno para utilizar todas las herramientas que favorecen a la opción del Apruebo.
Si bien es cierto, en toda elección escuchamos, sin importar quién esté en La Moneda, denuncias por intervencionismo y proselitismo político. Nuestra legislación es bastante clara y firme en prohibir estos hechos, señalando esencialmente que las autoridades y funcionarios de la administración del Estado, en el uso de recursos públicos, en el uso de horario laboral, o en el ejercicio del cargo, no pueden manifestar una opción por una u otra de las alternativas que pueda haber en una elección para preservar que los recursos se utilicen por el bien general y no para hacer campaña en favor de quienes están en el poder.
Sin embargo, un plebiscito constitucional tiene particularidades. No se trata de disputar el poder y ejercicio de cargos públicos. Se trata de circunstancias excepcionales en nuestra historia donde se discute si estamos de acuerdo o no con una determinada propuesta de cómo nos queremos organizar y vivir en sociedad. Algo estrechamente vinculado a programas de gobierno y de partidos políticos. Se hace difícil, entonces, pensar en que quienes ostentan el poder -o están en la oposición- no emitirán opiniones o valoraciones sobre el proceso constituyente y las decisiones de la Convención Constitucional.
El Gobierno, así como otras instituciones públicas, deben promover un voto informado y esto implica dar a conocer el contenido de lo que se está aprobando y será sometido a nuestra votación. Asimismo puede tener una opinión respecto a ciertas temáticas discutidas: descentralización, sistema político, derechos sociales, plurinacionalidad y, probablemente, podamos encontrar varias respuestas en su programa de gobierno, pero no es razonable que dedique sus recursos, bienes y tiempo a hacer campaña soterrada por el Apruebo.
La línea divisoria es extremadamente delgada y confusa entre usar al Estado para promover una de las opciones y promover la participación informada, además de dar la opinión sobre asuntos claves en la dirección de un Estado, pero al menos debe evidenciarse criterio ético y voluntad política, ambos ausentes de esta discusión.
Por otro lado, la Contraloría emitió hace pocos días una resolución sobre el rol de los municipios de cara al plebiscito, a raíz de los oficios enviados por la realización de cabildos y actividades constituyentes en dependencias de algunas municipalidades. El texto del órgano contralor señala que “no es competencia de los municipios informar sobre materias ajenas a sus funciones, como el plebiscito de salida”, y reafirma que “al igual que todos los órganos del Estado, las municipalidades y sus funcionarios deben someter su actuar a la Constitución y a las normas dictadas conforme a ella, encontrándose sujetos a los principios de juridicidad y probidad”.
No comparto lo anteriormente expuesto, toda vez que como ciudadana prefiero ver a los Alcaldes y Concejos Municipales impulsando conversatorios informativos. ya que la Ley los faculta a educar a la comunidad. En ese contexto, sería muy tranquilizador ver a los Municipios _que tienen equilibrio político en sus Concejos Municipales_ haciendo difusión, y no al Gobierno haciendo intervencionismo, ya que la acción fiscalizadora es responsabilidad de los Concejales y la comunidad. La Diputada Cariola dice que el Presidente Boric firma Libros de Nueva Constitución desplegado en terreno porque a su juicio es un acto de cariño. Al contrario, es un acto de intervencionismo.
Como sea, quedan pocas semanas y la elección será probablemente estrecha. Solo resta decir que debemos cuidar la democracia que tanto ha costado construir. Porque más allá del Apruebo o Rechazo, seguiremos siendo chilenos luego del 4 de Septiembre.-
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