La entereza de Claudia Opitz, pareja de Rigoberto Rojas Frene, fallecido en la faena de exploración minera Katterfeld, a principios de marzo de este año en Alto Ñirehuao, fue sorprendente. No obstante, la tristeza en sus ojos son la evidencia profunda de la pérdida. Ella nos recibió junto a su hermana, Amalia, un pilar fundamental para sobrellevar el duelo y las preocupaciones adjuntas al mismo. “De un momento a otro, él se fue a trabajar y no volvió más” nos menciona con un escondido quiebre en su voz ¿Quién tiene preparación frente a la tragedia?¿Frente a la pérdida de lo amado? Creo que nadie.
Rigoberto Rojas era un trabajador del rubro minero, nacido en esta región. Ingresó a trabajar como parte de Minera Pacífico del Sur, en noviembre de 2022. El 06 de marzo de 2023, manejaba la motoniveladora que le quitó la vida, según declaraciones oficiales, al desbarrancarse la misma cerca de la zona de estacionamientos en sector Rodeo Los Palos, a más de 40 kilómetros de Ñirehuao, donde se realiza la faena de exploración minera Katterfeld.
“Estábamos juntos hace 15 años” nos dice cuando le preguntamos sobre quién era él. “Tenemos dos hijos, uno de trece y otro de un año ocho [meses]”. Claudia lo definió como alguien “alegre, muy trabajador y responsable, dedicado a su familia al cien por ciento. Él se encargaba y estaba pendiente de todo, de la casa, de los niños, de mí.” Cuando consultamos por la relación con sus hijos, qué actividades o pasatiempos realizaba en conjunto a ellos, ella levanta sus ojos brillantes en busca de sus recuerdos y nos comenta: “Él era muy amigo, y papá porque él ponía las reglas siempre. Pero muy amigo, los sacaba a pasear, los sacaba a andar en moto, compartiendo mucho tiempo de calidad con los niños”, nos menciona con una discreción protectora y añade: “Esto que ha pasado nos tiene mal porque es un vacío tremendo. Yo creo que no lo vamos a poder superar tan fácilmente.”
La conversación continuó hacia ella, si ha sentido la compañía de las personas en esta difícil situación frente a la ausencia de “Rigo”. “A su funeral llegó mucha gente a despedirlo y todos me comentaron… Él trabajó en muchas empresas acá en la región y llegó mucha gente destacando su responsabilidad como trabajador. Lo recuerdan como un tipo alegre, de hacer bromas”, responde y complementa también: “Sus amigos consiguieron mi contacto para preguntarme cómo estoy y como están los niños. Rigo era una persona buena.”
Preguntamos, dentro del mismo tema, si los sindicatos de la empresa en que trabajaba se habían acercado a conversar con ella, a ofrecer alguna muestra de condolencia y/o apoyo. Claudia nos menciona: “Me han contactado de los sindicatos, me han ofrecido su apoyo. Me han dicho que están para cualquier cosa que necesite, información o ser testigo de algo. Sí, me han contactado.” -Esa ayuda ¿Se ha transformado en algo concreto?– le consultamos. Ella responde “no, hasta el momento”.
PRESENCIA y AUSENCIA de la MINERA y el ESTADO
“Yo espero que todos los entes involucrados en la investigación, hagan su trabajo, lo hagan bien”, responde cuando se le consulta sobre si el Estado la ha acompañado en este proceso o le ha ofrecido soluciones o información pertinente. Agrega además: “Yo quiero justicia, yo quiero que si esto fue una negligencia que se dé a conocer y que se haga todo lo que hay que hacer, como corresponde. Que no pase nada extraño, yo quiero que se haga justicia, resulte lo que tenga que resultar, desde la verdad.” -¿Saben el plazo establecido para realizar la investigación?- A lo que contesta: “Yo pedí una hora con el fiscal para hablar que es lo que se está haciendo. Ni siquiera nos ha dicho el plazo de investigación.”
Consultada con respecto a las versiones encontradas sobre si se trataba de un lamentable accidente y si existió negligencia por parte de la empresa en el deceso de su pareja, Opitz responde: “Esa información yo no podría dártela, porque está en investigación. Esa investigación recién ahí va a decir si el accidente pasó por tal cosa. Puede ser una negligencia, puede ser por una infinidad de cosas. Hay que esperar lo que digan todas las personas involucradas en la investigación.”
También, Claudia fue enfática en responder sobre la cobertura de los medios, además de manifestar la ausencia de la minera en esta situación, respecto a si se habían acercado a ofrecer ayuda o facilitar procesos de diferentes oficinas. “Escuché una noticia donde estaban dando detalles erróneos de lo que había pasado, que al estacionar había pasado algo y que se había accidentado en ese momento y no fue así.” En ese momento, Amalia Opitz, cuñada de Rigo y hermana de Claudia, toma la palabra y añade lo siguiente: “Además que la empresa había estado en todo minuto en contacto con la familia” – ¿Y fue así?– “No”, responde rotundamente. –¿Y no se han contactado con ustedes hasta el día de hoy?- “No.”
Más tarde, Amalia complementa lo siguiente: “Pasó que nos juntamos [en el sepelio] con el gerente [José Quiroga, de Minera Pacífico del Sur]. En el momento, le dijeron a Claudia que si necesitaba algo, le diga. Yo le dije: Creo que a mi parecer, son ustedes los que deben ofrecerle ayuda a ella. Porque puede necesitar miles de ayudas. Ustedes sean más concretos y no que ella tenga que llamarlos.” mencionó Amalia Opitz.
Claudia y Amalia mantienen opiniones encontradas con respecto al actuar de las reparticiones y oficinas representativas del Estado. Sobre la Seremi de Minería, la primera secretaría en presentarse en el lugar de los hechos, mencionan que “ellos me llamaron una vez” después de varios días. Mientras que SERNAGEOMIN, entidad que investiga también lo ocurrido, Claudia dice: “Me llamó un representante, después de que pasó el accidente, unos dos o tres días. Me llamó para darme las condolencias y que iban a investigar, pero no he sabido nada más de ellos”. Sin embargo, confirma que no le han dado fechas concretas sobre la resolución de la investigación.
Junto con esto, critican al Servicio Médico Legal. “Ahí sí que hubo cero empatía, cero humanidad. Nos dijeron que tenemos que esperar los 60, 90 días hábiles, hasta un año entre comillas y esperas no más.” Esto, en referencia a exámenes necesarios para agilizar los diferentes trámites personales y familiares de manera más expedita, agregando lo siguiente: “Me he visto forzada a dejar a mi bebe, porque tengo que salir a hacer los trámites, si no, no te llaman Yo tengo que [ir]. Lo tengo que hacer porque Rigo era el aportaba todo en la casa. En la ACHS, ellos me tienen que dar un seguro de supervivencia. No me llaman, no me avisan, yo tengo que ir allá y tengo que preguntar. He ido muchas veces” Y complementa la hermana de Claudia: “La información es débil, no hay algo como que “si en este día va a pasar”. De repente hay una persona, después hay otra y esa persona no tiene idea” – Entonces ¿manifiestan una crítica frente a esto? le preguntamos. “Sí, en todo aspecto”, responden las hermanas Opitz.
Por otra parte, destacan la recepción que han tenido por parte de la Seremi de Salud y la Inspección del Trabajo. De la primera destacan que “nos reciben bien, nos dan la información, dentro de lo que pueden, me llaman por teléfono, me dejan su contacto y han sido más rápidos con el tema de la investigación”. De los segundos, mencionan que “han sido empáticos, nos han dicho que se está haciendo la investigación, que vamos a emitir un informe y que va estar listo [en] tal fecha”. Aún así, cuando preguntamos si existe una fecha específica para la entrega del informe, responde lo siguiente: “Se supone que tendría que haber estado listo ya. Pero no dijeron fecha exacta.”
Para concluir la entrevista, le consultamos si desea expresar algunas palabras sobre lo acontecido a lo que ella responde: “Me gustaría que cada vez que pasan estas cosas. Pero este tipo de accidentes no debería pasar, porque no vuelven y dejan a una familia en la nada. Me gustaría que cuando esto pase, que los organismos sean más humanos, para sentirse respaldada. Que hagan su trabajo y lo hagan bien” para agregar que: “Sobre en todo esta empresa que los trabajadores son un número más”, refiriéndose a diversos antecedentes recogidos desde personas cercanas a trabajadores mineros que “ellos [la minera] actúan cuando pasan las cosas y no antes” según comenta Amalia Opitz en referencia a posibles incumplimientos en protocolos de prevención de riesgos, donde la empresa actúa aplicando medidas correctivas y no preventivas, para “un trabajo altamente riesgoso donde este accidente se pudo haber evitado”, indicaron.
Finalmente, Claudia Opitz, realiza su última afirmación cargada de templanza, seguridad y dolor: “Pero lo que siento en esta empresa particular, Minera Pacífico del Sur, es que las personas, sus trabajadores son un número para ellos.” Desde ahí, un silencio y el mar de dudas que se abre nuevamente hacia a las empresas de extracción minera y el posible desdén por la vida de sus trabajadores, como les ocurrió a Jorge Martínez y Enrique Ojeda, los mineros que dejaron de buscar y sus cuerpos quedaron enterrados en el yacimiento Delia II de Minera Cerro Bayo, en Chile Chico, un viernes 9 de junio de 2017.
por Andrés Latorre [Ariele]
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