El cambio de hora en invierno es una práctica habitual en Chile, pero sus efectos negativos en la salud de las personas son cada vez más evidentes. Con la disminución de la luz solar, se incrementa la sensación de fatiga, afectando el estado de ánimo y el rendimiento laboral y escolar. Además, este ajuste en los relojes perturba los ritmos circadianos, lo que podría desencadenar desde trastornos del sueño y problemas de concentración hasta aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, trastornos metabólicos y depresión.
A pesar de la creencia popular, varios expertos en energía y medio ambiente han puesto en duda los supuestos beneficios del cambio de hora en términos de eficiencia energética. Según el Dr. Martín Reyes, investigador en políticas energéticas, «los cambios estacionales en el consumo de energía están más relacionados con factores climáticos y económicos que con la modificación de la hora». Esta opinión es respaldada por la Dra. Carla Soto, experta en sostenibilidad, quien afirma que «la evidencia científica no muestra una correlación clara entre el cambio de hora y el ahorro energético significativo».
El año 2022 se levantó una iniciativa ciudadana para evitar el cambio de hora en Aysén, como sucede en la región de Magallanes, iniciativa a la que se sumó la AREMU (Asociación Regional de Municipalidades) quienes realizaron una petición formal al entonces nuevo presidente Gabriel Boric, «El Presidente sabe de lo que estamos hablando, él es patagón» sostenían en aquella ocasión. Los alcaldes argumentaban que esto proporcionaría luz natural para las actividades diarias, además de potenciales ahorros energéticos considerando los altos costos de luz, parafina o gas en la región, así como la oportunidad de realizar actividades recreativas después de las horas de estudio o trabajo.
©Radio45sur - Todos los derechos reservados