“Se está poniendo en riesgo el futuro de 652 alumnos. Estamos frente a una situación muy compleja”. Con estas palabras, el senador David Sandoval se refirió en los últimos días al actual escenario de crisis que enfrenta la Universidad de Aysén, luego del lapidario informe entregado por la Superintendencia de Educación Superior que, entre otros aspectos, reveló un déficit acumulado de cerca de $2.500 millones.
El parlamentario cuestionó el manejo que ha tenido a lo largo de sus seis años la universidad, enfatizando que “este no es un proyecto de quienes están dirigiendo o han dirigido la universidad y que lo han hecho de una manera tan desastrosa”, recalcando que lo más relevante en que ésta era una iniciativa para la región y en el cual muchas familias habían cifrado un mejor futuro para sus hijos.
Es tan grave la situación que una de las opciones incluso considera un administrador de cierre del proyecto. “Estamos analizando todas las implicancias jurídicas que tiene este tema, pues esto no puede quedar en esta condición, hay que resguardar el futuro de muchos jóvenes”, subrayó.
Por lo mismo, Sandoval cuestionó el plan de ajuste que plantea la actual administración, el que, dijo, tampoco se condice con la magnitud del daño que tiene la universidad. “Y, por lo tanto, aquí hay que insistir en una intervención, como lo planteamos hace un tiempo cuatro de los cinco parlamentarios; creo que el camino está para que la Subsecretaría de Educación Superior realice una administración provisional y tomemos este tema de otra manera”, afirmó.
“Hay que hacer ajustes internos también, hay que cambiar el consejo universitario, donde hay representantes de la región que evidentemente han omitido sus responsabilidades de gestión frente a este mismo proyecto”, agregó.
Frente al actual escenario, enfatizó que “el daño fundamental es para los jóvenes, para las familias de la región de Aysén, que a consecuencia de un riesgo de esta naturaleza se puede perder una oportunidad para su futuro. Ese es el mayor drama”, criticando además la falta de fiscalización y controles. “No es posible que cuando se descubren todas las cosas, (recién) actúan las entidades de fiscalización y control”, lamentó.
En ese plano, insistió en que “hubo administraciones absolutamente irresponsables, tienen nombre y apellido, estrechamente vinculadas al Partido Comunista y el Frente Amplio”, agregando que son sectores que transformaron a la universidad en un botín donde lo que menos pensaron fue en los alumnos. “Comparemos con el CFT de Puerto Aysén, que tiene una dinámica de desarrollo, con carreras afines, responsablemente administrado. Pero acá cayó en las peores manos y que al final benefició a personas sin pensar en los alumnos”, puntualizó.
Finalmente, el parlamentario considera que todos los estamentos de la región de Aysén no pueden estar indiferentes frente a la gravedad del hecho que significa poner en peligro la subsistencia de la universidad, “porque estuvo en manos ineptas para gestionar un proyecto académico tan importante para el futuro de los jóvenes de la región”.
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