Francisca Ronda Valdevellano (48) es una mujer que irradia una fortaleza admirable. En 2016 tras una operación nasal rutinaria para mejorar la oxigenación en la sangre, su vida dio un vuelco drástico. Una negligencia médica le arrebató la visión de un ojo y desencadenó una serie de problemas de salud. Lejos de sucumbir, ella se ha convertido en una activa dirigente social, liderando una organización para pacientes con fibromialgia y luchando por mejoras en el sistema de salud chileno desde Aysén.
Hoy, habla con Radio 45 Sur en exclusiva para compartir su historia, un testimonio de lucha, resiliencia y esperanza. El cual está marcado por las heridas que ha dejado una mala praxis en el principal recinto sanitario de la Región. Abordamos desde el origen su dolencia crónica, la pérdida de salud física, su estabilidad económica y su visión de futuro.
Muchas gracias por recibirnos. Remontémonos al inicio, ¿podría contarnos lo que sucedió durante la operación que le causó tantos problemas?
(Con voz firme, pero con un dejo de tristeza) Claro. Se suponía que sería una intervención sencilla para corregir mi tabique nasal y mejorar mi respiración. Sin embargo, durante la septoplastía, el médico en el Hospital Regional de Coyhaique cometió un error grave que resultó en la fractura de varios huesos de mi cara. Ese fue el inicio de una verdadera pesadilla.
¿Qué consecuencias directas tuvo esa negligencia en su salud?
Perdí la visión de mi ojo derecho, desarrollé fotofobia, glaucoma y una serie de problemas respiratorios. A eso se sumó un dolor crónico generalizado que, tras un largo periplo médico, fue diagnosticado como fibromialgia.
Imagino que la lucha por la justicia no fue fácil. ¿Cómo fue ese proceso?
Fue una odisea y lentitud de ocho años. Denuncias, peritajes, juicios… todo esto también en tiempo de pandemia, por lo que, varias instancias fueron telemáticas. Finalmente, el médico, Patricio Montecinos Oyarzún, fue condenado en el 2021 por negligencia médica, tanto en la vía penal y posteriormente en la civil.
¿Se siente satisfecha con el resultado del proceso legal?
Si bien se hizo justicia, la indemnización que recibí no compensa el daño irreparable que sufrí. Perdí mi trabajo como educadora de párvulos, un emprendimiento que estaba desarrollando, mi salud y, sobre todo, mi calidad de vida.
¿Cuál era su emprendimiento y qué alcance tenía?
Mantequilla clarificada, por ahora está disponible sólo en Coyhaique y Aysén. Llegó a tener 14 puntos de distribución nacional. Lo pueden encontrar como “Patagonia Ghee Puerto Aysén” y tiene múltiples beneficios sobre todo para personas con alergia alimentaria.
¿También existió entonces un daño a su salud financiera?
Sin lugar a dudas, desencadenó que perdiera el capital que había invertido para iniciar el emprendimiento, al perder mi trabajo quedé sin mayor sustento y ahora, ya en 2024 puedo recuperar una mínima parte.
En medio de esta difícil situación, usted decidió canalizar su dolor en una iniciativa admirable: la creación de una fundación para pacientes con fibromialgia. ¿Cómo surgió esta idea?
Al ser diagnosticada con fibromialgia, me sentí sola y desorientada. Descubrí que no existía ninguna organización en la Región que brindara apoyo a pacientes como yo. Entonces, decidí crear la Fundación «Renaciendo Juntos», para ofrecer información, acompañamiento y terapias complementarias a quienes padecen esta enfermedad.
Además de su labor en la fundación, usted se ha convertido en una activa defensora de los derechos de los pacientes. ¿Qué acciones ha llevado a cabo en este sentido?
He participado en la redacción de la Ley de fibromialgia en Chile (Ley Nº21.531), colaboro con la Red Nacional de Fibromialgia representando a la zona sur austral, y me reúno con autoridades del Ministerio de Salud (Minsal) para exigir el cumplimiento de la Ley y la mejora de la atención médica para los pacientes.
¿Cree usted que la provisión de salud en Aysén está preparada para los desafíos del Chile actual?
No lo está, ni siquiera con el Atención Primaria de Salud (APS) Universal (última reforma impulsada por el gobierno), ya que no es resolutivo. Las derivaciones quedan siempre a trasmano. No existe la retroalimentación cuando no hay una derivación correcta. Por lo tanto, siempre quedamos cortos de algo.
¿Cómo se manifiesta eso?
Por ejemplo, puede llegar un nuevo electrocardiograma pero no hay cardiólogo, o hay cardiólogo y no hay electrocardiograma. No se ajustan las horas periódicas o los exámenes que pueden ser trimestrales para los pacientes. En sí existen pocos especialistas.
¿Cuál es el principal mensaje que le gustaría transmitir a las autoridades sobre la situación de las personas con fibromialgia en Chile?
Que necesitamos un sistema de salud que no nos abandone. Que se nos garantice el acceso a diagnósticos oportunos, tratamientos adecuados y un trato digno y humano. La fibromialgia es una enfermedad real que causa un gran sufrimiento, y no podemos seguir siendo invisibilizados.
Francisca, su historia es un ejemplo de valentía y resiliencia. ¿Qué le diría a otras personas que están pasando por situaciones difíciles?
Que no se rindan. Que busquen apoyo, que luchen por sus derechos y que se aferren a la esperanza. A pesar del dolor y las dificultades, la vida siempre nos ofrece la posibilidad de renacer.
La historia Francisca es una poderosa lección de perseverancia y lucha por una salud digna. Su testimonio nos recuerda que detrás de las estadísticas de negligencia médica hay personas reales que sufren las consecuencias, pero también que la fuerza del espíritu humano puede transformar el dolor en activismo y esperanza.
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